28 marzo 2009

En memoria de David García

Recuerdo la primera vez que te ví, o quizá mi primer recuerdo sobre ti. Fue en 1999 si no me equivoco, en el Valle de Ambroz. Qué bonitos lugares, que bien lo pasamos, cuántas risas y bromas, y cuanto esfuerzo sobre la bici, ¿recuerdas? Las cosas nunca han sido fáciles para ti. Desde pequeño te dijeron que no ibas a poder estudiar, que ibas a tener dificultades en la vida, por ese problema a nivel neurológico con el que naciste. Sin embargo has luchado, durante todos estos años, te sacaste tu módulo de FP, y trabajaste como otro cualquiera, o mejor aún, con más ganas que cualquier otro, más profesional que cualquiera de tus compañeros. Sobre la bici no eras un portento, es más, te costaba mucho más que al resto, seamos realistas. Recuerdo la primera vez que te ví. Es así de crudo, pero me sorprendí de ver un chaval de unos 100kgs sobre la bici. Pero eso no te preocupaba, te divertías sobre ella, disfrutabas a pesar de que lo tenías más jodido que el resto. Sin embargo tú no te achantaste, le pusiste ganas y te prometiste que ibas a competir en carreras, como uno más, sin limitaciones. Te propusiste salir a correr a las 6 de la mañana, antes de currar, y entrenar en la bici o el gimnasio al salir, por la noche… y aquel David del Valle de Ambroz se convirtió en un David de carreras, con casi 30 kilos menos, con mas ganas que nunca. Disfrutaste todo lo que pudiste y más, y aprendiste de un grande, el deporte, un deporte que tantas cosas nos ha enseñado. Sin embargo, viste que todo tiene su momento, y el momento de competir se terminó, para empezar el momento de ayudar, e ayudarnos a todos, a tu equipo, con todas tus ganas… si hacía falta que nos dieras 1000 cremas en las piernas para calentar nos las dabas. Si queríamos un tipo de sales en el bidón nos las dabas, si no queríamos “este gel” pero si "aquel otro" nos lo buscabas, y si había que pelearse con el de al lado en el avituallamiento para darnos los botes lo mejor posible lo hacías…. Porque ganas, ganas de hacer, y de vivir… todas, TODAS las del mundo. Recuerdo muchas risas, risas en los viajes, risas en los mundiales, risas en las carreras, risas con nosotros y contigo mismo. ¿recuerdas lo de la matrícula de Torrelodones? Hay que joderse… que risas… Hoy, sin embargo han sido todo lágrimas. Lágrimas porque dejamos de verte para siempre con nosotros, lágrimas porque la vida es injusta y a veces se lleva a la gente con más alegría y ganas de vivir tienen. ¿por qué? No lo sé… Cada día recibimos una lección. Cada momento tiene una enseñanza. El ser humano tiene una tara generalizada, y es que, no sabemos apreciar de verdad lo que tenemos hasta que lo perdemos, y ahí nos damos cuenta de lo que tuvimos. Una lección. Una GRAN lección. Yo la he vivido hace tiempo, y es una lección que me quedó grabada muy adentro. Rodearnos de la gente que más nos quiere, de la gente que más feliz nos hace sentir es lo más grande que hay. Vivir cada momento feliz, feliz al 100% y no al 99, es la máxima. De nada sirve “tener” o “ser”, si con quien lo compartimos no nos hace poder valorar eso que “tenemos” o “somos”. David, quererte y reír contigo fue fácil. Olvidarte va a ser imposible. Allí arriba, descansa en paz, que los de aquí abajo algún día subiremos contigo… para seguir riendo juntos.